El espíritu de abstracción.

Gabriel Marcel atribuía las " grandes calamidades del siglo XX" al espíritu de la abstracción. Este consiste en "aplicar un filtro a la realidad, de modo que solo se acepta una cierta porción nombrando falso todo lo que no la abarque. Este espíritu hizo que las ideologías que dieron surgimiento a las dos más grandes guerras de la historia. El comunismo reducía su visión del mundo a su ideología y lo mismo el capitalismo. Tras no aceptarse la una con la otra su única solución fue la destrucción entre ellas.

El espíritu de abstracción es casi tan viejo como el ser humano, es como un sistema de defensa contra lo que no conocemos o contra lo que no nos conviene. Es un espíritu difícil de purgar en la humanidad pues viene implícito, como dice Freud, en nuestro interior primitivo. Nos hace daño y nos reduce la vida sólo desde un punto de vista y es por eso que las cosas en el mundo no cambian. Las personas se siguen aferrando a hacer las cosas de una sola forma, la forma les conviene y conocen. Por eso es que se repiten una y otra vez en la historia, no las mismas guerras pero si los mismos fines.